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"Infantes provenientes de diferentes partes de la nación llegan a la capital en busca nuevas oportunidades y restauración de sus derechos a causa del conflicto armado".

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Por: Johan Mauricio Contreras Avila – Bogotá

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Colombia se enfrenta a múltiples cambios sociales y aun proceso de transformación y adaptación en diversos aspectos relevantes en todo el país, teniendo en cuenta el acuerdo de paz y las consecuencias que esté trae.

 

La educación de niños víctimas de la guerra es uno de los aspectos que más origina debate y controversia en los colombianos, al mismo tiempo genera numerosos interrogantes como ¿cuáles son las características de estos infantes?, ¿cuáles son las estrategias implementadas por parte del gobierno para satisfacer las necesidades de estos niños?, ¿qué papel y rol cumplen las instituciones como la secretaria de educación, el ministerio de educación y la defensoría del pueblo en esta problemática?

 

A caso ¿toda la responsabilidad de educar y capacitar a estos menores recae y se sostiene en los colegios? O será ¿Qué las localidades más vulnerables como Bosa, Ciudad Bolívar y Usme tienen los recursos suficientes para abastecer lo que necesitan estos chicos para su formación escolar? Este texto periodístico busca conceder respuesta a estas incógnitas que nos deja este preocupante asunto.

 

Fabian Dario Contreras, Director local de la Secretaría de Educación de Bosa, asegura sobre las características de estos menores que “la educación en una zona rural del país a comparación de la educación que se presta en Bogotá es muy diferente, lo chicos que provienen de zonas afectadas por la violencia en muchos casos no tiene el acceso a la tecnología que si lo tiene los que viven en la ciudad, esto genera un atraso en su aprendizaje y produce otra clase de problemas en los infantes como rechazo de sus compañeros y falta de acoplamiento en relación a su nuevo estilo de vida en Bogotá.” Con la opinión de Contretaras coincide Salomón Rodríguez, docente del Colegio Fernando Mazuera Villegas.

 

Además vale destacar que las organizaciones e instituciones obligadas a valer el derecho a la educación como la Secretaría de Educación, el Ministerio de Educación y la Defensoría del

Pueblo se remite a “dar un presupuesto a cada colegio de las localidades donde se encuentran estos jóvenes y que sea el mismo colegio el que administre determinado presupuesto para garantizar programas y proyectos que ayuden a estos niños a tener una buena educación”, afirma Paola Torres, funcionaria del área de comunicación en la Defensoría del Pueblo.

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En Bosa se encuentran 107.000 niños y niñas en 32 colegios oficiales y el presupuesto destinado para cada localidad en términos de educación es de 10.000.000 millones de pesos, siendo el mecanismo más empleado por las instituciones escolares para el acompañamiento de estos menores es la ayuda del psicólogo de cada colegio.

Bosa, localidad que alfabetiza niños desplazados

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